GEMINIS

(21 de Mayo - 22 de Junio)

“Reconozco mi otro yo, y en la mengua de ese yo, crezco y resplandezco”

La Festividad
de la Humanidad

Hoy celebramos la luna llena de Géminis, que también se conoce como la Festividad de la Humanidad. Esta festividad de junio está especialmente dedicada a Cristo y a su relación con la humanidad. Según Alice A. Bailey, esta festividad abarca tres días, cada uno con una nota clave diferente.

Primer día : la nota clave del Amor en su sentido más puro; libre de sentimiento, de emoción y de énfasis personal. Un amor que comprende, que actúa con fortaleza y decisión, y que trabaja para el bien del todo (y no en interés de cualquier grupo o individuo)

Segundo día: la nota clave de la Resurrección, de la nueva forma de vida, de la conciencia crística viva en nosotros y de la fuerza que renueva todas las cosas para que podamos vivir una “vida más abundante”.

Tercer día : la nota clave del Contacto, de una relación más estrecha entre los seres humanos de buena voluntad, y entre la cualidad cósmica del amor y la humanidad.


La luna llena de Cristo

Según se nos ha transmitido y se nos ha representado simbólicamente, durante esta festividad, en tres solemnes ceremonias celebradas cada una en un día distinto, el Cristo vierte sobre la humanidad las energías liberadas durante la Festividad de Wesak (la festividad de la luna llena de mayo). En estas ceremonias se recita la Gran Invocación para que las energías del amor, de la luz y de la buena voluntad afluyan sobre todos los que colaboran en el gran trabajo de crear un mundo mejor y, a su través, se transmitan a toda la humanidad.

En la meditación de la luna llena de hoy podemos participar en este gran proceso de transmisión, formando con nuestro grupo un canal receptivo a estas energías de amor. Si colaboramos en esta invocación, que es una petición de afluencia de luz y de amor en las decisiones de los seres humanos para que se establezcan las correctas relaciones humanas, estaremos contribuyendo a realizar un gran servicio a la humanidad.


El proceso de transmisión

De esta forma llegamos a la cualidad más especial del signo de Géminis: la transmisión de energías espirituales. Géminis es un signo que crea relaciones y que encuentra lo coincidente y lo concordante en los pares de opuestos. Mercurio, el regente del signo, se conoce como el Mensajero de los Dioses: el intermediario divino encargado de llevar los mensajes entre los Dioses y los hombres a la velocidad de la luz.


El movimiento en el espacio

Como sabemos, Géminis pertenece a la cruz mutable y, así como Tauro expresa con mayor intensidad la cualidad de la cruz fija y Aries la de la cruz cardinal, puede decirse que Géminis es el prototipo de la cruz mutable. El impulso para el gran proceso de transmisión que tiene lugar en Géminis se produjo en Aries. En Tauro, la idea fue vista, aceptada y revestida de sustancia de la naturaleza de deseos, es decir, fue implantada en el cuerpo emocional. Y ahora, en Géminis, esta energía llega a la región etérica: a la mente del ser humano.

Como Géminis es un signo mutable y de aire, sus energías lo penetran todo. Las energías fluyen por las ramificaciones de todas las áreas de la vida en una variedad de manifestaciones. En Géminis (simbólicamente), la luz percibida en Tauro es distribuida a cada una de las células del cuerpo. Por eso, desde el punto de vista esotérico, este proceso tiene que ver con la transfiguración de la personalidad.

En Géminis empieza el desarrollo de la dimensión del tiempo. En este signo, espacio y tiempo se encuentran. Como podemos recordar, en Tauro nos creamos un espacio. Ahora, en Géminis, podemos movernos en este espacio. Géminis no puede quedarse sentado en un sitio: va hasta el objeto más próximo y lo estudia, quiere conocerlo de cerca, saber cómo está construido y de qué está hecho. Al movernos en el espacio nos encontramos con personas y nos damos cuenta de que no estamos solos. Los vecinos, los hermanos, los parientes y los conocidos están cerca de nosotros, y cuando nos acercamos a ellos siempre experimentamos y aprendemos algo.

Si nos abrimos a nuestro entorno con una conciencia despierta y una inteligencia activa, podemos aprender mucho. En el mes de Géminis recogemos información y conocimientos. Pero también podemos averiguar algo sobre nosotros. Podemos preguntarnos: ¿Qué piensan los demás de mí? ¿Cómo valoran mi comportamiento?. En Géminis no sólo se encuentra a los demás, sino que también es posible hallarse a uno mismo.


El símbolo de Géminis e

El símbolo del signo de Géminis está formado por dos cuencos, uno arriba y otro abajo, conectados por dos líneas verticales. Una vertical sola simboliza la condición de la personalidad: su carácter efímero. Dos líneas verticales simbolizan la condición dual de la personalidad, es decir, su doble naturaleza. Son las “dos almas que viven dentro de mí” (como se expresa en los versos que Goethe puso en boca de Fausto).
Penetrar en la verdadera y profunda esencia de Géminis es difícil porque, muy a menudo, se muestra distinto de cómo es en realidad. Por una parte puede mostrarse ligero, adaptable y diplomático, y por otra puede exhibir un carácter astuto e ingenioso. Sus principales problemas son la dualidad y la multiplicidad, y éstas son también sus pruebas en el camino espiritual. Puede perderse con gran facilidad en la gran variedad del mundo de las formas y dejar de percibir las diferencias de valor. Entonces considera equivalentes cosas que cualitativamente son distintas y pierde el sentido de la proporción. Esto hace que, muchas veces, no se de cuenta del valioso significado interno de las cosas, las personas o las ideologías.

Esto se expresa claramente en el símbolo de Géminis.
El cuenco abierto de arriba representa el principio receptivo. Todo se admite, sea material o espiritual, bueno o malo, valioso o sin valor, etc. Todo penetra por ese cuenco, pasa por el filtro de la personalidad y se transmite de nuevo al entorno. El cuenco inferior simboliza la salida de energías, de conocimientos y de cualidades. Es el gran principio de la mediación que hemos mencionado al comienzo y que se lleva a cabo a través de la cruz mutable, el elemento aire y la agilidad mental del regente Mercurio. La mediación es una de las habilidades más importantes de este signo, pero también es una de sus mayores dificultades.

Los planetas regentes h j

El regente exotérico de Géminis es Mercurio que, como principio de mediación, hace que la relación entre los dos polos del ser humano, la personalidad y el alma, alcance un estadio de encuentro activo. El regente esotérico de Géminis es Venus que, con su cualidad unificadora, resuelve la dualidad y, como se expresa esotéricamente, la transforma en una “síntesis fluida”. La fusión de los pares de opuestos se produce en la conciencia por medio del amor que todo lo incluye. El individuo Géminis espiritualmente orientado debe esforzarse por alcanzar esta síntesis de opuestos y por reconciliarse con los demás seres humanos. La agilidad de Mercurio debe combinarse con la sabiduría y el sentido de los valores de Venus: de esta manera se desarrolla la capacidad de comprender los extremos y de unirlos de un modo superior. Mercurio, como mediador entre el pensamiento superior y el pensamiento inferior, discierne entre el yo y el no-yo, entre el yo y el tú, y entre el alma y la personalidad.


El pensamiento semilla esotérico de Géminis

“Reconozco mi otro yo y, en la mengua de ese yo, crezco y resplandezco”.

En el individuo espiritualmente orientado, el regente esotérico Venus se va manifestando cada vez más. Venus nos ayuda a realizar la elección correcta ante la diversidad de posibilidades. Durante el mes de Géminis podemos aprender a conformarnos con lo que nos pertenece, con lo que es importante y con lo que corresponde a nuestro ser interior. No debemos distraernos con la multitud de cosas que llegan a nuestra conciencia sino que debemos ceñirnos a lo esencial y a lo que de verdad nos gusta. De todas formas, primero debemos averiguarlo, y Mercurio nos ayuda a hacerlo puesto que nos permite reunir todo lo interesante y probar las distintas posibilidades. Con la ayuda de Venus podemos reconocer la cualidad interna de un objeto o de una persona y concentrar nuestro amor en lo esencial, lo valioso y lo más adecuado para nosotros. Venus nos permite hacer la elección correcta, decidir con seguridad y dirigir nuestras fuerzas hacia una meta.


Fragmentos del libro :

Psicología Astrológica. Los Signos del Zodíaco.

Reflexiones y meditaciones.

Louise Huber. Api, ed.

CALENDARIO MEDITACIONES

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